Un
fantasma recorre Europa: el del nacional-liberalismo. De Hungría a Bélgica, de
Holanda a Polonia, de Suiza a Austria, se refuerza elección tras elección y
busca ahora hacerse un lugar en Francia (y, posiblemente a corto plazo, en
España). Retrato de una derecha populista que no retrocede ante ninguna
contradicción y para la que la identidad y la nación no son, a menudo, más que
pantallas que ocultan las proposiciones más antisociales, por tanto, más
antinacionales. Leer artículo ⇰