Cuando todos esperábamos una victoria como la de Las Navas de Tolosa, he aquí que sufrimos una dura derrota como la de Guadalete. Porque traidores los hay y los ha habido en todas las épocas. Ha quedado claro que las batallas electorales no se ganan ni en las redes sociales ni en los confortables pabellones, sino en la confrontación ideológica… pero este enfrentamiento, en esta época crucial en Europa, no se gana oponiendo el liberal-conservadurismo al liberal-progresismo, porque, en última instancia, siempre sale ganando el liberalismo. Leer artículo ⇰