Sobre los descombros de un Partido popular debilitado por una corrupción endémica, sobre las brasas todavía calientes de la crisis catalana, el partido de derecha radical, Vox, prospera. Sus enemigos: el independentismo, la inmigración, el feminismo. Vox no sólo puede restar votos al Partido popular y a Ciudadanos, presuntas derechas “desespañolizadas”, sino también a Podemos, la izquierda radical, por su abandono de las clases desfavorecidas y precarizadas, la “España profunda e interior”, algo que ya ha sucedido en Francia y en los Estados Unidos. Leer artículo ⇰