Y así
llegamos a la situación actual, donde la Forma-Capital ha logrado “liberalizar”
íntegramente la cultura, así como las costumbres familiares y sexuales, para
gran placer de una izquierda que ha sustituido el deseo de revolución por la
revolución del deseo, comenzando por el deseo de dinero. “La nueva izquierda ha
continuado promoviendo la transgresión de las costumbres derivadas de la
sociedad disciplinaria, y también ha contribuido a la legitimación del capitalismo
neoliberal”, observa Maxime Ouellet. Leer artículo ⇰