En
Sudáfrica sólo queda una minoría del 8% de población blanca, descendiente de holandeses,
ingleses y franceses, pero sigue siendo el motor de la economía del país sudafricano.
Sin embargo, los diversos gobiernos desde el fin del Apartheid han puesto en marcha proyectos de expropiación de sus
tierras, lo cual, unido a la complicidad de unos políticos y mandos policiales
corruptos, ha originado una ola de ataques a las granjas Boers, con asesinatos, violaciones y expulsiones. La minoría de
origen europeo en Sudáfrica se encuentra en grave peligro ante la indiferencia
internacional. Sólo Australia ha ofrecido tierras para el asentamiento de estos
colonos que huyen de su país ancestral. Y Europa, ¿qué hace ante este auténtico
genocidio?: como el color de la piel de las víctimas es blanco, mirar hacia
otro lado. Leer artículo ⇰