En la actualidad, no hay muchos hombres de izquierda que denuncien la
democracia, como hizo Karl Marx, como un procedimiento de clase inventado por
la burguesía para desarmar y domesticar al proletariado, ni muchos hombres de
derecha que sostengan, como hicieron los contrarrevolucionarios, que la misma
se reduce a la “ley del número” y al “reino de los incompetentes”. Leer artículo