Un relato es un arma. Puede explicar el origen del mundo, servir de base para la legitimidad de una jerarquía, o incluso sacralizar la guerra. Todos los pueblos, en el pasado y en el presente, necesitan un “relato memorial” para existir: se les ha inculcado que, a través de la memoria histórica, interiorizan su origen, su legitimidad, el sentido de su historia y, por tanto, el significado profundo de su relación con el mundo. Leer artículo