
Si hace falta resumir los treinta años que acaban de pasar en Hungría desde 1989, una frase puede ser suficiente: lo que es fantástico es que esos treinta años están detrás de nosotros, y no delante. Si hacemos el esfuerzo por recordar lo que era nuestra tarea hace treinta años, la cuestión era: ¿encontraremos, y la descubriremos si no existe, la receta que permita asegurar la conservación en la era moderna de esa comunidad milenaria que es la nación húngara? Era una pregunta muy difícil y angustiosa. Leer artículo