La idea
básica de los Identitarios es muy clara: “alzar el estandarte de la identidad
frente a la uniformidad”. Atacan tanto la “americanización” como la
“islamización” de Europa, aunque sus acciones están dirigidas principalmente
contra la comunidad musulmana. La uniformidad (impuesta por el exterior)
pondría, según ellos, la identidad nacional en peligro. Esta noción de
identidad reagrupa “las tradiciones populares y orales (el lenguaje), las
costumbres y la moral, la aceptación de un pasado común (la historia) y la
voluntad de vivir juntos en el futuro”. La identidad jugaría en tres niveles:
la identidad “carnal” que es una identidad regional, la identidad “histórica”,
es decir, la identidad nacional, y la identidad “civilizacional”, es decir, la
identidad europea. La noción de identidad a la que se refieren los militantes
identitarios es tan problemática como esencialista: según los Identitarios, la
identidad se adquiere y se transmite a través de la filiación. Así, nuestra identidad
nos sería dada por el nacimiento y no podría cambiar en el curso de una vida.
Sería casi parte de nuestra genética.