Inédito. El Covid-19 es un virus muy contagioso, pero con una letalidad selectiva y relativamente débil (dejando aparte la comorbilidad). Para enfrentarnos a él, hemos parado el mundo y hemos arrestado a la población. Más de cuatro mil millones de bípedos en arresto domiciliario, he ahí algo que, efectivamente, nunca se había visto. Esta epidemia no hará historia por el número de fallecidos que ha provocado. Saber si todo aquello estaba justificado es otra cuestión. Leer artículo