La lucha de clases no
ha concluido. El sistema neoliberal turbocapitalista nos quiere convencer del
fin de la historia, esto es, del fin de la guerra de clases, desde 1989. Pero
no se sostiene tal mentira. Como ha escrito una y mil veces Diego Fusaro, la
guerra de clases ha mutado en “masacre de clases”. El mundo experimenta hoy una
gestión unipolar de la lucha clasista, una gestión desde arriba, desde el polo
dominante. Una clase dominante sumamente reducida en términos demográficos,
pero omnímoda, gestiona la corriente general de la Historia, cual es la lucha
entre dominantes y dominados. Leer artículo