En una
sociedad liberal desarrollada íntegramente según su concepto (la izquierda
moderna representa el movimiento ideológico que milita con más ardor y
constancia por la realización de este objetivo todavía lejano), toda limitación
ejercida sobre los deseos o los caprichos privados de los individuos no podría
sino ser vista como una intervención inadmisible de la colectividad, una
“discriminación” inaceptable, o una “estigmatización” escandalosa contra las
cuales, en nombre de los “derechos del hombre”, es necesario rebelarse. Leer artículo