El Tratado de Lisboa, en su punto número 10, menciona el papel de los parlamentos nacionales en la construcción europea, en el sentido de aportar una innovación importante que se añade a la iniciativa de abrir un diálogo directo con dichos parlamentos basado en la aplicación de los principios de subsidiariedad y proporcionalidad. Pero todo lo sucedido desde 2009 ha alterado gravemente el sentido de los acuerdos firmados entre los países de la UE. Leer artículo

