Alain Soral, en su ensayo ¿Hacia la feminización? Desmontaje de un
complot antidemocrático, nos presenta un análisis de la llegada al poder de
las mujeres en los partidos políticos y en el sector terciario.
Ofrece al
lector una crítica acerba y lúcida del feminismo, así como lo que denomina el
“comunismo victimista” que se está construyendo por imitación a los
comunitarismos religiosos y sexuales que erigen su presunto sufrimiento como
una atrocidad castradora. Desarrolla la tesis según la cual la entrada de las
mujeres en el mercado de trabajo ha constituido una manipulación del poder
capitalista. Según él, es un medio para hacer presión a la baja de los salarios
y utilizarlas en el sector terciario. Las mujeres constituirían, así, un útil
instrumento de seducción para reducir a los hombres a simples consumidores,
inscribiéndose en una posición contraria a la poética visión del mundo
propuesta por Aragon cuando afirmaba que “la mujer es el futuro del hombre”. El
autor propone una lectura desencantada y mordaz de una concepción feminista del
mundo y propone un retorno a los valores patriarcales.
«En el imaginario colectivo, la mujer
sexualmente oprimida ha sustituido al proletario. Una visión fantasiosa de la
historia nos la muestra cortada en dos: antes, sufriendo el yugo de un machismo
fascista; hoy, después de Mayo del 68, emancipada de repente por la sociedad
de consumo. De esta forma, la burguesía izquierdista, mediante el feminismo, ha
logrado expoliar al trabajador de su único prestigio: el prestigio moral del
oprimido».
Alain Soral pone de relieve la impostura del
feminismo en tanto que emancipación puesta en marcha por la revolución
libertaria del 68. Así, pone en evidencia el comunitarismo victimista del
feminismo. La revolución liberal-libertaria ha permitido al capitalismo
comercial feminizar el sector profesional por la terciarización del sistema
productivo. Por consiguiente, el trabajo de las mujeres en este sector ha
permitido al sistema capitalista sustituir al obrero y al empleado precario por
la mujer, nuevo seudomodelo victimario a ojos de la sociedad. Una auténtica
impostura. Este nuevo movimiento feminista liberal-libertario, comunitarista y
victimista instituye la lucha de sexos como nuevo combate social en
detrimento del verdadero combate que es la lucha de las clases medidas y
populares contra las oligarquías mundialistas.