La lista del
partido Unión de demócratas musulmanes de Francia (UDMF) ha sido validada para
las elecciones europeas. ¿Quiénes son los dirigentes de este partido? ¿Cuáles
son sus reivindicaciones? ¿Hay temor a un voto comunitarista en el paisaje político
francés? Joachim Véliocas, autor de “La islamización de Francia”, “Esos
políticos que cortejan a los islamistas”, “La Iglesia frente al islam. Entre
ingenuidad y lucidez”, y fundador del Observatorio de la islamización, contesta
a estas cuestiones.
La lista de la UDMF hace su aparición
en las elecciones europeas. ¿Qué podéis decirnos de esta lista?
La Unión de
demócratas musulmanes surgió en 2012. Han estado presentes en las elecciones
locales y regionales. Hoy, hacen su aparición en la escena nacional. A partir
del momento en que ellos demandan la retirada de la ley de 2004 sobre los
símbolos religiosos en las escuelas públicas, se comprende que sus
reivindicaciones con claramente islamistas. Durante sus intervenciones
televisivas, Nagib Arzergui, el presidente de este partido, solicita la
retirada de esta ley por considerarla liberticida. Y manifiesta su deseo de que
las niñas musulmanas puedan usar el velo en los colegios y liceos.
Su programa
no se reduce a este tema, pero está en su mismo núcleo. El presidente del
partido piensa que filósofos como Alain Finkielkraut y Michel Houellebecq han
ido demasiado lejos y que las autoridades les han dejado hacer. Quiere combatir
a estos escritores y filósofos y a todos aquellos que manifiestan que hay
demasiada inmigración musulmana. En realidad, es un partido totalmente
liberticida.
Citaré una de
sus declaraciones: “hoy, puede decirse que estamos siendo invadidos por los
musulmanes sin ser condenado”. Lo centra todo en que no haya condena. Por lo
demás, recientemente, él felicitó al presidente turco islamista Erdogan por
haber ganado las elecciones. Cuando felicita a los equipos deportivos franceses
lo hace exclusivamente para subrayar su diversidad con fotos de los jugadores en
sus oraciones musulmanas. Así que habréis comprendido bien la lógica de este
partido musulmán conservador que desgraciadamente se apoya en reivindicaciones
liberticidas. Quiere condenar a todos aquellos que critican la islamización de
Francia.
¿Las organizaciones musulmanas con
vocación política surgen entre los originarios de un solo país? ¿El partido
concierne a todos los musulmanes franceses o solamente a una parte de esta
comunidad?
Hay diversas
nacionalidades. Su presidente es nacido en Francia. Es sorprendente, por
ejemplo, encontrar en esta lista al geopolitólogo Bassam Tahhan. Éste ha tenido
un discurso muy crítico contra los islamistas en Siria y ha mantenido
posiciones moderadas respecto a la propaganda anti-Bachar al-Assad favorable a
los rebeldes.
Nagib
Arzergui, el presidente del partido, ha criticado la idea de privación de la
nacionalidad para los yihadistas con doble nacionalidad, haciendo el juego a
los islamistas radicales en Francia. Culpabilizan a todos aquellos que apoyan
esta medida. No hay más que mirar sus intervenciones en la cadena de televisión
salafista saudí Iqra para comprobar cuál es el fondo de su pensamiento. Y continúa insistiendo en que es un hecho
horrible privar a los yihadistas de la nacionalidad.
¿Puede funcionar el voto comunitarista
musulmán en las democracias occidentales?
Todavía no.
Muchos musulmanes siguen votando por partidos laicos. Por tanto, es difícil que
un partido musulmán cuente con todos sus votos. Es prematuro a nivel nacional
ver a los islamistas en el poder, según la premonición de Houellebecq. Por el
contrario, en las elecciones locales, algunas listas pueden inclinar la
balanza. En Bélgica, la propaganda de algunas de estas listas ya se hace en
árabe o en turco. Los resultados de estas listas todavía son marginales. En las
elecciones locales francesas se sitúan en torno al 5%. Realmente, son sus primeros balbuceos. Pero es
un inicio inquietante. ■ Fuente: Boulevard Voltaire