Adepto del
“localismo” y de una “ecología de las civilizaciones”, Hervé Juvin tiene la
intención de convertirlos en la clave del programa de Reagrupación Nacional
(antiguo FN) de Marine le Pen… o de cómo un partido jacobino (re)descubre la
noción de arraigo…
El nuevo
consejero de Marine Le Pen, Hervé Juvin, ha intentado desarrollar el concepto
de “localismo” durante la campaña para las europeas. En efecto, Juvin considera
que un sistema no puede mantenerse con buena salud si no es con fronteras
cerradas. Un ejemplo: «¿Para qué caminar más de dos horas para buscar agua en
el sur de Madagascar? Si las fronteras están abiertas, todo el mundo intentará
venir a las zonas templadas. Y está claro que no pueden venir trescientos
millones de personas sin que se resienta la calidad de los ecosistemas
europeos».
Para Juvin,
la “preferencia local” es el equivalente natural de la “preferencia nacional”:
«Lo más sencillo sería hacer las compras en los comercios del pueblo, la villa
o la ciudad. Lo más sencillo debería ser poder vivir en el lugar de origen, con
la familia, con los compromisos vitales y las pertenencias más próximas. Esta
es la clave de la revitalización de los territorios rurales», declara Juvin por
oposición al “forzado nomadismo” que se derivan de las reglamentaciones
europeas sobre la libre circulación e intercambio de personas y mercancías.
Otra idea
interesante: Juvin aboga por que «el ahorro sea generalmente invertido allí donde
se ha realizado». Rápidamente, se separa del campo económico para aventurarse
en el terreno identitario: «Soy francés, de la Bretaña, y no quiero morir
encerrado en una reserva. No acepto los cálculos económicos según los cuales es
rentable traer a un millón de migrantes para reemplazar a los niños que
nosotros no queremos tener. Y también por los cálculos según los cuales los
migrantes cuestan menos que un trabajador europeo».
Similar
discurso, en un partido que antes podía parecer ‒especialmente bajo la
influencia de Florian Philippot– indiferente a la noción de arraigo, sorprende.
Si el bretón Juvin se esfuerza un poco más, ¡quizás sea capaz de convertir a
los jacobinos del Rassemblement National
en regionalistas! En efecto, del localismo al regionalismo no hay más que un
paso. ■ Fuente: Breizh-info