Muchos
europeos de mi generación, empapados en literatura marxista y marxológica,
pudimos asistir atónitos al repentino enterramiento de un clásico de la
filosofía, Marx.
Fue a partir de 1989, con la caída del llamado "Muro de
la vergüenza", cuando presenciamos la cómica y cobarde desaparición de
simbología comunista en las formaciones que se decían "marxistas".
Pero no fue sólo la travestida Izquierda Unida la que se hizo humanista,
ecologista, feminista, altermundialista, y no sé cuantas cosas más. Fueron las
propias editoriales y cátedras las que expurgaron los copiosos y voluminosos
textos de Marx. Con la caída del Muro y del mastodóntico imperio de papel que
fue la URSS, fue posible encontrar los clásicos del marxismo en las librerías
de ocasión españolas por menos de lo que hoy representa un euro el ejemplar. Ni
qué decir que yo aproveché tan provechosa coyuntura del mercado librero para
leer de forma "inactual" a como se debe leer a un clásico, esto es, a
contratiempo y contra viento y marea, amén de leer toda una serie de epígonos marxistas
que, por su parte, de forma más limitada y contextual, también son clásicos.
En
esos años 80 y 90 no teníamos noticias de Preve. Yo, por lo menos, no. El
filósofo italiano, marxista genuino que escapó de los descafeinados
"ismos" que su discípulo Diego Fusaro, actualmente más activo que
nunca, califica de forma bien gráfica: la izquierda fucsia (aquí diríamos,
"morada") y las brigadas del "arco iris" (que aquí
diríamos, las-los defensoras-defensores de la ideología de género y de los
"derechos de bragueta"). El Marx preveiano y fusariano escapa de esos
delirios, es restituido a su pureza. Preve lee y enseña un Marx genuino, no el
Marx del "Hismat" y del "Diamat". No el Marx del
"materialismo" (mal que les pese a los Liria, a los Bueno, y a los
demás cientifistas de nuestra carpetovetónica universidad), sino el Marx
comunitario, el Marx verdaderamente aristotélico y hegeliano. Limpiemos al
clásico de "materialismo" y de "ismos" y nos encontraremos
con el Marx que enseñó Preve: el de un filósofo clásico de la polis, de la comunidad orgánica y
organizada, el defensor más eximio del idealismo alemán (bajo cuya luz hay que
leerlo) de una Comunidad humana no alienada frente a las tendencias
disgregadoras que nos trajo la Modernidad (léase, "Capitalismo", sin
más). Modestamente, hemos hecho la traducción al español de una recopilación de
ensayos suyos, De la Comuna a la
Comunidad, que acaba de salir este año, y a través de las páginas de Elinactual.com,
daremos a conocer, poco a poco, su densa y prolija obra, así como la de su importante
discípulo, Diego Fusaro.
A
continuación, reproducimos un texto tomado de la página de Facebook “Costanzo
Preve”, escrito en 2016 y titulado «Tres años sin Costanzo Preve»:
«Tres
años después de la muerte de Costanzo Preve (fallecido en 2013), lo recordamos
al volver a proponer un extracto del ensayo de Piotr Zygulski "Costanzo
Preve y la Educación Filosófica", que nos recuerda que la atención prioritaria
de nuestro pensador era eminentemente filosófica y educativa -en su propia
educación de la vida y filosofía coincidieron- mientras que las reflexiones
sobre la política actual, que lo hicieron quizás famoso a la mayoría, eran sólo
contingentes. Les invitamos, pues, a volver a la fuente anterior: a sus
reflexiones sobre la verdad universal con una génesis particular, a la
ontología de lo social esbozada en su último libro, a las consideraciones sobre
la naturaleza humana. Aspectos más descuidados por quienes en los últimos años
han hecho uso de su pensamiento, pero centrales para conocer Costanzo Preve más
allá de los lemas y las deformaciones caricaturescas.
“Costanzo
Preve aborda el problema de la democracia fijándolo antropológicamente,
partiendo del supuesto de que una práctica dialógica bien llevada a cabo puede
convencer a todos (o a casi todos) de la mejor solución [...], lo que a su vez
presupone la generalización de un punto de vista de solidaridad-comunidad y no
egoísta-individualista entre los hombres. Todo esto se basa en una apuesta por
la naturaleza humana potencialmente político-comunal (zόon politikόn); racional y evaluativa, que es capaz de calcular
las proporciones correctas dentro de la comunidad (zόon lόgon échon) y genérica (Gattungswesen).
Mientras que los dos primeros puntos son formulaciones aristotélicas, el
segundo es de derivación marxiana y significa que el hombre no está totalmente
programado biológicamente, sino que también está determinado en el contexto espacial,
temporal e histórico; por ejemplo, puede construir intencionalmente
innumerables formas artísticas y modelos de convivencia social. Hay que señalar
que es la esencia genérica la que permite al hombre alienarse, humanizarse o
deshumanizarse, mientras que los demás animales, como los leones, no pueden
"desleonizarse". Costanzo Preve argumentó que el modo de producción
capitalista, forzando a que la esencia humana genérica se especifique en la
única dimensión estrecha de la producción y el intercambio entre bienes, impide
la plena realización de su potencial ontológico inmanente. En otras palabras,
la alienación (Entfremdung) no es más
que la condición de privación de la generosidad, de la que se deduce que es
imposible utilizarla con el fin de emancipar al hombre.
La
educación comunitaria es, por tanto, ese camino que coincide con el despliegue
del potencial ontológico que el hombre, entendido como ser social, lleva dentro
de sí mismo, sin descuidar las preferencias y necesidades específicas de cada individuo,
porque la libertad es inherente a la propia naturaleza humana. En términos
políticos, el lugar donde la verdad puede ser comunicada, es decir, puesta en
común, sólo puede ser el democrático, entendido dinámicamente como el ascenso
del pueblo al poder, que permite la confrontación entre todos los hombres
caracterizados por la racionalidad y la socialidad en busca del bien común. En
un escenario como el actual, sin embargo, "la única democracia posible es
una democracia de resistencia", término utilizado también para connotar la
educación filosófica que, de igual modo, persigue una estrategia de resistencia
como "prerrequisito indispensable para el cambio”.»